lunes, 12 de octubre de 2009

Sacado del baúl de los recuerdos..

Hundo las manos en la arena y me pierdo en su tacto reconfortante. La brisa mece mi pelo y el aroma de la sal se adhiere a cada poro de mi piel. El susurro de las olas me brinda recuerdos de aquellos días en los que juntos dejábamos que el mar nos arrastrase, en los que, sentados contra un muro, refugiándonos en la poca sombra existente, comíamos bocadillos que nos sabían a gloria y jugábamos con una pelota como si nos llevase la vida en ello. Esos días que quedaran grabados a fuego en mi mente, junto a tantos otros momentos que pasamos juntos.
Ahora, sola ante lo infinito, contemplo el atardecer, y recuerdo.
Cierro los ojos, y sonrío.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Gratificante.

Gratificante.
En eso se resume el perder horas delante de un trasto con teclas blancas y negras y tres pedales. En mil ratos de desesperación por atascarte en un dichoso compás, que tras repetirlo y repetirlo, después de querer quemar la partitura, al que la compuso, y de que los vecinos te quieran quemar a ti, sigue sin salirte. Saber que por más horas que le dediques seguramente pierdas el tiempo, pero aún así, una atracción irremediable te hace sentarte en la banqueta y tocar.
Y así, saber que aquello que tanto odias y amas ha sido odiado y amado por tantos antes que tú, que cada vez que empiezas a tocar ese estudio, o aquella otra sonata, la sabiduría de tantos otros que han pasado por tu lugar te sobrevuela, que, de alguna forma, están contigo.
Porque aunque sea muy poco tiempo a la semana, te juntas con gente de la que no conoces ni su nombre en la mayoría de los casos, y sois capaces de compactar, de crear, de sentir el swing. Hasta sois capaces de improvisar, de que esas notas, esas escalas que empezaron a usarse hace 2500 años, salgan de vosotros, porque las lleváis dentro, porque las sentís, creáis.
Porque gratifica.

domingo, 4 de octubre de 2009

Soy dos mujeres: una desea tener toda la alegría, la pasión, las aventuras que la vida me puede dar. La otra quiere ser esclava de una rutina, de la vida familiar, de las cosas que pueden ser planeadas y cumplidas. Soy el ama de casa y la prostituta, ambas viviendo en el mismo cuerpo, y una luchando contra la otra.
El encuentro de una mujer consigo misma es un juego con riesgos serios. Una danza divina. Cuando nos encontramos somos dos energías divinas, dos universos que chocan. Si el encuentro no tiene la relevancia necesaria, un universo destruye al otro.

Paulo Coelho, "Once minutos"

Opening

Buenos días! No sé cómo empezar esta entrada, no sé por qué la estoy haciendo, ni siquiera se si debería haberme hecho el blog, ya que, conociéndome, será una de las muchas cosas que empiezo y dejo inacabadas.
Anyways, intentaré ir actualizando poco a poco aunque no creo que nadie llegue a pasar por aqui, y mucho menos a leerlo.
Una chica sin voz.
Peace out xx =)